Nuestro enfoque
Intervenimos en múltiples dimensiones del conocimiento para contribuir al diseño de políticas públicas para el futuro del trabajo en América Latina y el Caribe

Desafíos globales, soluciones locales
En América Latina y el Caribe, el empleo es el eje central del desarrollo. No solo genera el 75% de los ingresos familiares, sino que también impulsa la productividad, la cohesión social y la identidad colectiva.
Sin embargo, los mercados laborales globales están experimentando una profunda transformación impulsada por las nuevas tecnologías, el cambio climático y las transiciones demográficas.
América Latina enfrenta retos particulares: baja productividad laboral, alta informalidad, rezago tecnológico y desigualdades persistentes, especialmente en la participación laboral femenina y de grupos históricamente marginados.
Se trata de una coyuntura que presenta tanto oportunidades de crecimiento sostenido como riesgos de ampliar las brechas existentes.
En Sur Futuro creemos en el trabajo sistémico colectivo. Construimos puentes con organismos internacionales, centros de investigación, gobiernos y otros actores clave que moldean el futuro del trabajo para transformar los desafíos en oportunidades de crecimiento, equidad y sostenibilidad para la región.
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Los trabajos del futuro son empleos con creciente demanda impulsados por tres grandes transformaciones globales: avance tecnológico, cambio climático y evolución demográfica. Estos incluyen profesiones STEM, empleos verdes y carreras en el sector del cuidado, todos caracterizados por su alta resistencia a la automatización y su papel fundamental en la economía digital y sostenible.
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Los sectores que generarán más empleo en el futuro se centran en trabajos resilientes a la automatización y a los efectos del cambio climático.
Tecnología (STEM): Desarrolladores de software, especialistas en inteligencia artificial, expertos en ciberseguridad y analistas de datos.
Economía verde: Ingenieros ambientales, técnicos en energías renovables, instaladores de sistemas solares, recicladores y profesionales en economía circular.
Sector de cuidados: Trabajos en salud, educación y asistencia a personas, como enfermería, cuidado de adultos mayores y trabajo doméstico.
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Las carreras del futuro son aquellas que permiten desarrollar las habilidades necesarias para desempeñarse en empleos que cobrarán mayor relevancia en los próximos años.
Carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas): Son fundamentales para el desarrollo, uso y mantenimiento de nuevas tecnologías, así como para la producción de conocimiento científico como ingeniería informática, ciencia de datos, biotecnología y robótica
Carreras ambientales: Abarcan desde ingeniería ambiental y energías renovables hasta actividades como la gestión de residuos y el reciclaje.
Carreras en salud y educación: Desde enfermería y medicina especializada hasta formación docente y asistencia social.
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El futuro del trabajo demanda tres categorías de habilidades o skills complementarias:
Habilidades humanas: pensamiento crítico, creatividad, resolución de problemas y toma de decisiones.
Habilidades blandas: adaptabilidad, gestión del tiempo, inteligencia emocional y trabajo colaborativo.
Habilidades digitales: análisis e interpretación de datos, interacción con IA y alfabetización tecnológica avanzada.
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El impacto de la Inteligencia Artificial (IA) en el empleo no es uniforme. Los empleos en áreas STEM, especialmente en tecnologías digitales, se ven impulsados porque la IA requiere profesionales para su desarrollo e implementación. Sin embargo, las ocupaciones con tareas rutinarias y repetitivas, como las administrativas o de manufactura, son más vulnerables a la automatización.
El tipo de IA también influye en estos efectos. Mientras que la anterior oleada de IA ha afectado principalmente empleos de calificación media, la IA generativa plantea un escenario distinto: su capacidad para replicar tareas cognitivas y creativas podría afectar incluso a trabajadores altamente calificados. -
La participación femenina en empleos del futuro presenta importantes desequilibrios:
El 90% de los empleos de futuro ocupados por mujeres se concentra en el sector del cuidado, caracterizado por la informalidad y las bajas remuneraciones.
Los segmentos STEM y de empleo verde, de mayor crecimiento económico, continuan fuertemente masculinizados.
Para evitar que el desarrollo de los sectores emergentes profundice las brechas de género, es fundamental una perspectiva transformadora, que amplíe las oportunidades de las mujeres en empleos estratégicos y fortalezca la profesionalización y mejora de condiciones en el trabajo del cuidado.
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La brecha de género en entornos laborales se manifiesta en múltiples dimensiones:
Participación reducida: Menor tasa de actividad laboral femenina.
Segregación horizontal: Dificultad para acceder a sectores mejor remunerados (paredes de cristal).
Segregación vertical: Obstáculos para alcanzar posiciones de liderazgo (techos de cristal).
Factor determinante: La distribución desigual del trabajo de cuidado no remunerado constituye la principal barrera para la igualdad de oportunidades.