NFTs: ¿el estado del arte?
NOTA l Megan Ballesty l Enero 2023
Este artículo forma parte del libro “INTERSECTING – La economía creativa y el futuro del trabajo, vol. 10”, publicado por Global Solutions. Para acceder a la publicación original cliquea aquí.
Nace una criptoartista
A principios de 2021, una joven artista colombiana conocida como Fira (1) decidió registrarse en un popular mercado de tokens no fungibles (NFT) y mintear (es decir convertir en activos digitales almacenados en blockchain) tres de sus obras de arte más recientes. En menos de 24 horas, las vendió por un valor equivalente a 1.500 dólares en criptomonedas. A fin de año, sus ventas y precios se habían multiplicado, y los medios locales la nombraron una de las primeras criptoartistas latinoamericanas. Un nuevo mercado donde las personas creativas pueden vender sus obras directamente al mundo parece estar a la vuelta de la esquina; ¿cómo pueden los artistas del Sur Global aprovechar esta oportunidad para trascender los mercados locales con su talento creativo?
Hace apenas cinco años, el logro de Fira no hubiera sido posible, ya que los NFT estaban en una etapa embrionaria y los mercados de criptoarte aún no habían sido inventados. El arte digital tal como lo conocemos florecía principalmente como no comercializable, dadas las dificultades para registrar y hacer valer los derechos de propiedad.
Esto cambió con la aparición de los NFT. Su naturaleza no fungible se puede entender en oposición a la fungibilidad de sus parientes cercanos, las criptomonedas, o de equivalentes analógicos como las commodities. Al igual que un bitcoin es igual a otro bitcoin, con los NFT sucede lo contrario: cada token es único y solo puede intercambiarse por su equivalencia en alguna moneda. Al crear un NFT vinculado a una obra de arte, esta se vuelve trazable y sujeta a reglas que los mercados pueden hacer cumplir automáticamente a través de contratos inteligentes (2), como el pago de regalías a los creadores cada vez que se vende su obra.
Esto es una buena noticia para los artistas, quienes históricamente han enfrentado barreras de entrada elevadas y han lidiado con mucha intermediación para llegar a los mercados de arte. Además, los NFT no son incompatibles con los usos que más conocemos del arte digital: los creadores aún pueden publicar sus obras en internet o redes sociales, y los usuarios pueden compartirlas (con suerte, dando crédito a los autores). Lo que cambia es que el NFT representa un elemento en un registro permanente y lo vincula de manera unívoca a su historial de propietarios. Esta prueba de propiedad parece ser todo lo que se necesita para crear las condiciones que despierten el interés de compradores y vendedores en posibles intercambios.
Gracias a esta innovación basada en la tecnología de blockchain, Fira ha podido exhibir su vibrante colección de arte en una galería virtual (3), donde cualquier poseedor de una billetera virtual compatible puede hacer una oferta para adquirir su obra.
Los NFT podrían nivelar el campo de juego para el mercado de trabajo creativo del Sur Global, porque "solo" se necesita una obra de arte, un teléfono móvil y una billetera digital para convertirse en candidato a criptoartista. Al igual que las plataformas de trabajo en línea han abierto las puertas a algunos trabajadores hacia los mercados de servicios globales, esta podría ser la oportunidad para que los artistas encuentren mejores condiciones de trabajo, independientemente de dónde viven.
NFT: ¿Nuevas Formas de Trabajo?
Sin embargo, aún es demasiado pronto para considerar el criptoarte como una posible carrera profesional. En primer lugar, hay muchos aspectos técnicos que deben abordarse, incluida la implementación de mecanismos para evitar la actual prevalencia del plagio. En segundo lugar, el mercado de los NFT se ha compartado de manera bastante especulativa. Para entender por qué, es importante tener en cuenta que comprar un NFT no equivale a comprar bienes o servicios de la manera tradicional; lo que se vende es una copia digital certificada de la obra de arte física o digital en cuestión. Aunque el derecho del propietario del NFT a revender su copia está asegurado, el elemento subyacente no es suyo. Tampoco lo es el derechos de propiedad intelectual de la obra, que puede comercializarse en el mundo físico de forma independiente al NFT.
Esto significa que las intenciones de los compradores al adquirir criptoarte difícilmente pueden interpretarse como un gusto por contemplar o exhibir una obra de arte. Aunque puede haber un interés genuino en coleccionar estos tokens o apoyar a un artista específico, la reciente moda de los NFT ha atraído a muchos compradores que simplemente buscan comprar para vender con un margen de ganancia. Este comportamiento puede exponer a artistas desprevenidos a la grave volatilidad de los mercados de criptomonedas, dificultades para fijar precios y una renta inestable. No obstante, un desarrollo que podría justificar un aumento auténtico en la demanda futura de NFTs es el advenimiento del metaverso (4). Este podría evolucionar hacia espacios digitales donde los NFT realmente puedan utilizarse, mostrarse y socializarse. En este caso, podría surgir una demanda más sostenida de NFT, aunque es demasiado pronto para decir si las cosas irán en esa dirección.
Una tercera pregunta para reflexionar es quién está mejor ubicado para monetizar su trabajo en el mercado de criptoarte. Ofrecer obras de arte como NFT será tan simple como publicar en redes sociales pero, al igual que para los influencers de Instagram y TikTok, el desafío clave en un mundo saturado de estímulos será lograr la atención de la audiencia. Personas y marcas con gran cantidad de seguidores leales están obteniendo beneficios al poner a la venta todo tipo de NFT. Una brecha entre el talento creativo y la influencia social puede crear incentivos para que aparezcan intermediarios, lo que, a su vez, requiere mecanismos institucionales que protejan por diseño los intereses de los artistas.
Los creativos del Sur Global pueden convertirse en criptoartistas, pero en esta transformación vertiginosa, deben mantenerse alertas y proactivos. Para tener éxito, deben combinar su talento artístico con habilidades digitales y financieras y adquirir las competencias necesarias para gestionar una comunidad global de posibles clientes. El apoyo de los gobiernos para impulsar el perfil artístico de sus países a nivel internacional podría aumentar sus posibilidades. Además, las condiciones habilitadoras adicionales incluyen el acceso a dispositivos digitales modernos, conectividad, formación y marcos regulatorios avanzados y adaptables. Estos son solo algunos de los elementos esenciales para que los artistas puedan dar el salto a las aguas inciertas de los nuevos mercados cripto y metaversos del futuro.
Referencias
1. Se la puede encontrar como @soyfira en YouTube, Twitter, Instagram y OpenSea.
2. Los contratos inteligentes son programas en blockchain que ejecutan funciones automáticamente para hacer cumplir reglas predefinidas. Ver más en Ethereum.
3. Ver la galería virtual en este link.
4. El metaverso es un concepto en desarrollo que se utiliza para describir espacios virtuales que comparten atributos con el mundo real, como ser tridimensionales, persistentes en el tiempo y permitir a las personas que desarrollen una identidad para "existir" en dicho espacio. Para más información ver, por ejemplo, Time.